La Mismidad no entiende la complejidad
de los “otros”, al quererlos reunir e integrarlos a lo
mismo, sin entender que: “El otro no es
una temática, el otro no puede ser tematizado. Y aún más: el otro que se ha
tematizado no es, seguramente, el otro”[1]
porque lo otro, no es lo mismo, ni mí
mismo, ni puede ser encerrado en una definición, porque entonces como lo menciona Carlos
Skliar ¿Porque usted cree que yo soy lo otro? Y a partir de aquí se daría una
rivalidad entre lo que la mismidad quiere que el otro sea, a partir de definir aquello que no somos.
[1] Skliar, Carlos. “Y si
el otro no estuviera ahí? “. Notas para una pedagogía improbable de la
diferencia. FLACSO, Argentina. 2002. Pág. 84
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